El primer paso debió haber empezado con ese zorro negro. Despertarlo era la clave y debía hacerse antes de cualquier otra cosa.
Sacar al zorro negro de la jaula serviría como una distracción para ese espíritu, permitiéndole moverse lo más rápido posible para evitar que cause problemas. Eso no solo serviría como una distracción, sino que también permitiría que ese espíritu se mostrara, sacándolo de su escondite.
No se imaginaría la presencia de tal depredador aquí. En el peor de los casos, el Fantasma Negro espantaría a ese espíritu, pero William quería que estuviera muerto.
Así, enviaría un mensaje claro a aquellos que le causaron todo esto. Y eso también traería muchos beneficios al final. Después de todo, esto era un espíritu, uno que conocía muchos asuntos ocultos en el mundo espiritual.
Pero primero tenía que ver si el Fantasma Negro sería capaz de matarlo o no.