¡Adiós estatua del Zorro!

—¡Vaya chico interesante, me gusta, jajaja! —El rey estaba encantado con esas historias y no pudo evitar reír mientras los otros dos maestros no sabían qué decir y permanecían en silencio.

—¿Cómo está mi hija en todo esto? —De repente, el rey cambió el tema hacia su hija, y Pereza explicó cómo reaccionó a lo que le sucedió a William.

—Lo ha hecho muy bien recientemente, bien por ella. Todavía tenía ese espíritu de lucha de su madre, ¡jajaja! —El rey se rió y ese comentario hizo que los otros dos se sintieran un poco incómodos.

—De todos modos, creí que esta guerra era especial cuando escuché sobre ella por primera vez, y ahora estoy seguro de que iba a ser épica, ¡jajaja!

El rey era un maestro feroz, uno que no se resignaba ante ninguna derrota y se emocionaba frente a cualquier nuevo desafío.