¡Has agitado el avispero!

El Fantasma Negro era, de lejos, el ser más fuerte que había conocido, aparte de aquel zorro de nueve colas. Si no fuera por su profundo odio, habría preferido crear clones de ese zorro.

Comenzó a trabajar en los modelos, fabricando siete armas monstruosas de aspecto idéntico desde la superficie. Las hizo enormes, con muchos escudos y armaduras rodeando sus cuerpos. Parecían humanos, pero sin ojos, y con cuerpos y alas inmensos.

—No puedo dejar que vuelen con mi nivel de poder actual, pero puedo permitirles hacer algo más con estas alas… —sabía que estas alas podrían usarse como armas, y se aseguró de añadir plumas voladoras en las alas, que podrían ser controladas por estas armas monstruosas.

No olvidó agregar un enorme espacio de almacenamiento donde colocó toneladas de botellas de elixir para su uso. Y luego comenzó a ocuparse de las armas en el interior de cada una.