Hacer nuevas granadas no era un problema, y todo lo que necesitaba era suficiente tiempo para hacer más. Siguió avanzando, y los enemigos finalmente empezaron a tomarlo como una amenaza real. De repente, empezó a enfrentarse a enemigos más fuertes, una señal de que enemigos mucho más formidables estaban por moverse y encontrarse con él.
—Es hora de esperar a los demás entonces —conocía sus límites. Incluso si se volvía más fuerte, no creía que pudiera enfrentar a enemigos de alta gama ahora mismo.
Uno solo sería bastante dolor de cabeza para él. Estaba seguro de que podría mantener su vida contra él, pero si aparecieran más, no estaba tan seguro de eso. Así que en vez de seguir adelante, se detuvo, incluso retrocedió unos pocos kilómetros mientras luchaba contra los enemigos que encontraba.