Pronto, todos pudieron ver algo reluciente en luces de plata, emitiendo rayos desde el suelo. Ver las primeras señales de estos rayos hizo que todos supieran que lo que William había supuesto era cierto, lo cual les alentó, y los hizo excavar más rápido y trabajar más duro.
William pensó profundamente en las opciones de lugares donde la puerta podría estar. Sabía que los maestros habían buscado mucho tiempo por ella, y aun así fallaron en encontrar rastro alguno. Eso significaba que estaba en algún lugar donde nunca llegaron, y tenía que estar cerca y accesible a través de las estatuas aquí.
Era evidente que la estatua del lobo sabía cómo acceder a esta puerta rápidamente. Y eso hizo que William supusiera que estaba enterrada debajo del suelo, el único lugar que no habían examinado.