—¡Finalmente has vuelto!
El momento en que los pies de William tocaron el suelo de la Ciudad de Lara, fue recibido con muchas caras familiares y gritos.
—Oh, todos vinieron a darme la bienvenida —sonrió mientras dos cabezas con cabello largo saltaban delante de sus ojos, bloqueando su visión, cuando Karoline y Berry se lanzaron sobre él.
—¡Oye oye! Estoy aquí de pie, ¿y te atreves a hacer eso? —Anjie cruzó los brazos y levantó una ceja mientras gritaba en un tono que no mostraba intención de contenerse.
—¿Ya lo tuviste suficiente tiempo, y aún no estás satisfecha? —incluso Sara dio un paso adelante, dándole a Anjie una mirada desafiante.
No estaba sola, ya que otras chicas también dieron un paso adelante, incluso Lina lo hizo. Todas se quedaron aquí, entrenando y gobernando todo en la nueva base de la guilda. Y cuando oyeron las noticias de lo que William estaba haciendo, todas lamentaron no estar allí con él.