Autodetonación

—Espera, cuando el monstruo esté en su última pierna, lo empujaré afuera y te dejaré asarlo tanto como quieras —William finalmente respondió, mientras jadeaba por el esfuerzo.

Tenía su poder espiritual renovado todo el tiempo, pero el estrés mental era simplemente demasiado para manejar. El monstruo estaba presionándolo duramente, y un solo error resultaría en un amargo final.

William siguió moviéndose, y el monstruo lo perseguía implacablemente. Después de un rato, pudo sentir que el monstruo estaba comenzando a tener dificultades. Su velocidad se redujo, y la frecuencia de sus ataques de picos también disminuyó.

Menos de diez minutos después de sentir eso, el monstruo se movió de repente, saliendo de donde estaba William.