Una barrera

Los pensamientos de Pereza se dirigieron hacia Fang, pero pronto abandonó la idea, «si ese viejo monstruo tuviera tal poder, ya lo habría usado. No, no es él...». Pereza tenía mucha curiosidad por saber de dónde William había aprendido tal técnica. Pero pronto, su atención se desvió hacia las hordas de enemigos débiles que venían en su dirección.

—¡Fuera! —Pereza no estaba de humor para jugar con estos debiluchos. Pero por un momento allí, recordó algo—. «Necesito saber de dónde vienes y qué haces aquí... Así que...»

Se crujió los nudillos y miró de manera malvada hacia los maestros que se acercaban. A William no le importaba este punto, pero Pereza sentía que no debía descuidarlo.

Mientras empezaba a interrogar a esos maestros mientras mataba a los que no eran cooperativos, William avanzaba entre los maestros y monstruos.