¡Tráeme a Jenny!

Era como venenos, sin usar el elemento espiritual y las técnicas adecuadas para contrarrestarlo, el objetivo eventualmente moriría.

—Hablas como si supieras qué me golpeó —Fang tosió sangre, y esta vez no pudo caminar solo. Dos de los maestros del gremio de William se movieron rápido y lo apoyaron para que no cayera.

—Estoy bien —pero Fang no les agradeció, en cambio los empujó a un lado como si estuviera enfurecido por la ayuda que le ofrecieron.

—Necesitas saber que cuanto más poder ejerzas, más rápido perderás tu vida —William puso los ojos en blanco ante este anciano maestro terco—. Ayúdenlo, y no dejen que luche contra ningún monstruo…

—¡No soy tan viejo como para recibir ayuda de niños! —El orgullo de Fang surgió y lo hizo gritar, interrumpiendo las palabras de William.