La salida de los maestros de la ciudad subterránea fue una escena que muchos observaron. Sin retraso alguno, la noticia se difundió y llegó a los oídos de William en su ciudad.
—Oho, ella parece bastante impaciente, jajaja —cuando escuchó esto, primero se sorprendió antes de reír—. Nada cambia en nuestros planes. Los recibiremos como planeamos.
—¿Atacarán mi ciudad? —Lara preguntó con sincera preocupación, pero William negó con la cabeza y la tranquilizó.
—No son tan estúpidos para hacerlo —sonrió con calma—. Pueden ser más fuertes que todos nosotros, pero carecen en términos de números. Están limitados por las reglas de este mundo y no pueden ejercer mucho de su verdadero poder. Sin mencionar que aún no se han adaptado a sus poderes reducidos. Así que no cometerán errores tan estúpidos.
—Además, lo querían a él, no a tu ciudad —Anjie hizo una pausa—. Es una lástima que los mejores maestros de mi reino no hayan llegado aún aquí…