Es Tu Momento De Vivir

Los gruñidos bajos y los gruñidos guturales de los hombres lobo se elevaron en el aire mientras Ceti descendía de los cielos, su bestia voladora aterrizando con un estruendo trovador de sus alas.

Sus ojos brillantes, ardiendo como brasas al crepúsculo, se fijaron en ella con una agresión desenfrenada. Los labios se replegaron para revelar colmillos afilados, y sus manos con garras se tensaron como si estuvieran listos para saltar. La tensión era palpable, el aire espeso con hostilidad.

Justo cuando los hombres lobo parecían listos para atacar, el Guardián de la Luna levantó brevemente su mano, un gesto tan tranquilo como autoritario. El efecto fue inmediato.

Los hombres lobo se silenciaron, bajando sus cabezas y dando un paso sincronizado hacia atrás, su agresión feral retrocediendo hacia un silencio burbujeante como si nunca hubiera existido en primer lugar.