Tercera vez es la vencida

Swoosh!

Continuando con el mantenimiento del pequeño soplo de Energía del Vacío que había conjurado, Valyr comenzó a manipularlo con sus pensamientos, moviéndolo de varias maneras.

Al principio, movía este soplo en direcciones singulares, familiarizándose con cada sensación que acompañaba a cada movimiento.

Luego, cuanto más confianza ganaba en controlar el soplo de energía, más complejos se volvían los movimientos, convirtiéndose eventualmente en una especie de danza hipnotizante.

Whoosh! Whoosh! Whoosh!

Deseando ver los límites de su control, conjuró algunos soplos más de Energía del Vacío tras sentir que aún no había alcanzado su límite.

Sorprendentemente, incluso esos soplos adicionales no representaron ningún problema para el joven, ya que los diversos soplos se movían a su alrededor de muchas maneras diferentes, convirtiéndose en una vista que dejaría incluso a un mago veterano sin palabras.