Apuntando a los Cielos

¡Swoosh!

Incapaz de huir de su posición actual debido a la obstrucción de Valyr, el hombre apretó los dientes mientras conjuraba apresuradamente un escudo sobre su cabeza, completándolo justo antes de que los fénixes pudieran golpearlo.

¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!

Sintiendo que sus brazos temblaban cada vez que los fénixes golpeaban su escudo, el hombre palideció aún más, echando un vistazo breve al joven que estaba a su lado con temor mientras infundía más de su energía en el escudo.

Con lo consistentes que eran los golpes de los fénixes sobre su escudo, era evidente que la mayor parte, si no toda, de la concentración del hombre estaba en defenderse del ataque incesante.

Por ello, el hombre no se dio cuenta de que, en algún momento de su defensa, las lianas que lo mantenían en su lugar desaparecieron sin dejar rastro, dándole la opción de escapar del ataque de Valyr si quería.