—¿Puedes… eh? —Cuando el hombre lo miró con un ligero destello en sus ojos, Valyr le devolvió una mirada confundida al hombre—. ¿De dónde salió eso?
Al oír esas palabras, el hombre lo miró con una sonrisa que hacía parecer como si lo hubieran atrapado con las manos en la masa.
Por supuesto, como no tenía idea ni pista del motivo detrás de su conversación actual, tal sonrisa solo dejó a Valyr aún más confundido que antes.
Afortunadamente, el hombre captó lo que Valyr estaba sintiendo, rápidamente dándole a este último una explicación detrás de la razón por la que quería aprender herrería de él.
Aunque, para cuando el hombre terminó con su explicación, el joven todavía lo encontraba un poco absurdo.
—Entonces, dices que quieres aprender herrería de mí… ¿solo porque me viste forjar objetos una vez? ¿No has aprendido ya herrería de otra persona?