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—…Gracias.

Observando a Hal y Vera manejar la situación que él causó en última instancia, Valyr dejó escapar un suspiro lleno de arrepentimiento mientras se reprendía por no pensar ni siquiera unos pocos pasos por delante de sus acciones.

Lleno de rabia hacia la facción rebelde del clan Zeihardt después de descubrir lo que le hicieron a Braum, el joven no dudó en mostrar su poderío, lanzando una serie de ataques que habrían hecho un gran daño a los orcos si estuvieran en el campo de batalla.

Por supuesto, con Braum avisándole de que el grupo había llegado a la línea defensiva norte para apresarlo, Valyr sabía que no debía dejar ni a uno de ellos con vida.

Después de todo, si uno de ellos compartiera información sobre cuán fuerte realmente era, las posibilidades de que él escapara de otra situación similar se reducirían drásticamente.