—Hmph, manejaré lo que me lancen —afirmó con confianza.
Los dos conversaron durante un rato antes de que ella decidiera levantarse e irse —Nos vemos mañana temprano al amanecer. No puedo esperar para comenzar a aprender esta nueva técnica. Será divertido sentir mi sangre fluyendo por mi cuerpo mientras lo llevo al límite.
Rui sonrió amargamente al darse cuenta de que ella aún no tenía idea de lo que le esperaba.
No estaría llevando su cuerpo al límite en un futuro próximo.
En absoluto, lo que ella estaría llevando al límite era su mente. En todos los sentidos posibles.
Él estaría empujando su capacidad de comprensión de aprendizaje, su intelecto, su memoria y su paciencia.