Rui no se sentía lo suficientemente confiado como para enfrentarse a la Raíz sin datos sobre, tanto, patrones activos como pasivos de la Raíz.
Existía una diferencia entre estos tipos de patrones.
Los patrones pasivos existían en todos los movimientos de todos los seres vivos. Estos eran patrones entre movimientos involuntarios y subconscientes, incluyendo contracciones de músculos y tendones, cambios mínimos en el peso, respiración, transpiración, ritmo cardiaco, tez y una docena de otras variables. Al analizar estos, Rui podía predecir los movimientos que una persona determinada iba a hacer construyendo un modelo predictivo basado en estas pistas y señales.
Estas pistas y señales subconscientes estaban desprovistas de cualquier intención y control consciente o voluntario. Ni siquiera el control corporal más intenso en el que los mejores diplomáticos y espías entrenados podían deshacerse de los fenómenos micro-fisiológicos que Rui podía percibir gracias a sus sentidos.