Camino Divergente

—¿¡QUÉ!? —La enojada voz del Presidente Deacon resonaba por la oficina principal. Si el Verman Senior no supiera mejor, hubiera pensado que el hombre estaba usando una técnica de respiración.

—¿¡DOS SENIORES MARCIALES?! —rugió el Presidente Deacon con furia y sorpresa—. ¿DOS? ¡¡DOS!!

—Correcto —simplemente replicó el Verman Senior.