Para cuando llegó el día siguiente, las alarmas de la Secta Flotante ya habían comenzado a sonar por toda la secta, pues se había descubierto la noticia de otro asalto de la Organización del Tratado Kaddar.
Muchas personas se dieron cuenta de que esto no era viable a largo plazo. No podían permitirse seguir evacuando civiles día tras día. Era demasiado disruptivo para el funcionamiento regular de la Secta Flotante.
Algo tenía que cambiar, de lo contrario, la secta estaba condenada a largo plazo.
Por suerte, esta vez las medidas de evacuación se ejecutaron con mayor fluidez que la última vez, y los miembros de la Secta Flotante estaban seguros y a salvo cuando se desplegaron los Mayores Marciales de la nación de Kaddar.