—¡Argh! —gruñó el hombre mientras se lanzaba contra Rui, arremetiendo hacia él.
ZUMBIDO!
Fue una finta.
BAM!
El pie de Rui voló, estrellándose directamente contra su mandíbula en una patada alta hacia atrás. Le hizo casi imposible al hombre siquiera tener una buena percepción de sus alrededores.
Sin embargo, cada vez que atacaba, sangraba.
No importaba si el Escudero Dekriole lo hacía intencionalmente o no.
Simplemente era el caso que cada vez que Rui tocaba al Escudero Dekriole, sangraba. Incluso si él era quien atacaba al Escudero Dekriole, resultaba herido.
No obstante, seguía adelante.
Quería ver si el ritmo al cual se estaba lastimando podía ser manejado por Tejer Sangre, y los resultados iniciales eran bastante prometedores.