—¿Te das cuenta de que también puedes ser asesinado si les decimos a otros lo que has estado diciendo? —preguntó Gabriel al joven.
—Sé que no harán eso —contestó el joven.
—¿Y por qué no vamos a hacer eso? —preguntó Gabriel, preguntándose por qué este chico estaba tan seguro de ello.
—Porque ustedes dos han trabajado con los Piratas durante mucho tiempo. Estoy seguro de que ya conocen lo suficientemente bien a su maestro como para entender lo que va a hacerles, una vez que se conviertan en una carga.
El joven dejó claros sus pensamientos. Sus palabras también convencieron a Gabriel de que realmente no sabía quiénes eran. Todavía pensaba que eran los piratas que habían regresado del otro mundo.
Solo muy pocas personas entre los piratas deberían haber conocido su misión. Por lo tanto, era sorprendente que alguien que era nuevo en el grupo supiera de ella.