Aexin miró a la mujer, tendida no muy lejos de Karyk. —Así que ya murió. No me sorprende que tuvieran que enviarme aquí. Sus esclavos eran tan inútiles como pensé.
—¿Eres un Arcángel? —preguntó Karyk al hombre, que parecía muy distinto a un Arcángel.
Compartía algunos rasgos, pero también era diferente en muchos aspectos. Solo tenía un ala, y sus rasgos físicos también eran distintos.
—¿Que si soy un Arcángel? Eso no es algo que debas saber —respondió Aexin—. ¡Y en segundo lugar, no te di permiso para hablarme!
Aexin desapareció.
Para cuando Karyk pudo reaccionar, ya estaba frente a él. Sintiendo el peligro, Karyk retrocedió volando.
Evitó ser tocado, pero aún así estaba sorprendido al tocarse la garganta. Su piel se había descompuesto y sintió algo de dolor en la garganta.
¿Estaba seguro de que Aexin lo había fallado, y aun así estaba herido?