Mirando a los guardias marcharse, la gente de la ciudad exterior suspiró aliviada. Finalmente se estaban yendo.
La calle entera estaba completamente vacía y solo se podían ver allí a los guardias, escoltando de regreso al Príncipe.
Los guardias estaban en máxima alerta, sus ojos escaneaban constantemente el entorno en busca de cualquier amenaza potencial. El Príncipe caminaba con confianza, su agarre en la mano de Karyk nunca se debilitaba.
El Rey estaba interrogando al intruso cuando le informaron que habían encontrado al Príncipe.
—Bien. También he terminado aquí. Deshazte del cuerpo.
El Rey se dio la vuelta y salió de la celda, donde solo se podía ver un cuerpo colgado mientras la mayor parte de la piel había sido pelada.
Dentro del palacio, el Rey esperaba su llegada para el Príncipe. Su rostro era severo, sus ojos penetrantes mientras observaba al Príncipe y a Karyk entrar en la habitación.