—Todo está preparado —dijo el Rey—. Los Ángeles estarán aquí mañana, y nuestro hijo cumplirá diez años. Esta es la única vez que podemos completar esto.
—No olvides que la Voluntad Divina es más importante que nada, y solo nuestro hijo puede...
El Rey hablaba con su esposa, sin darse cuenta de que una sombra lo observaba desde un rincón oculto.
—Pero si hacemos esto, lo perderemos —la Mujer se esforzaba al máximo por controlar sus lágrimas.
Ella había sabido que este día llegaría desde hacía mucho tiempo. En el momento en que tuvieron un hijo, ya le habían dicho que esto sucedería. Pero ahora que el tiempo se acercaba, no podía evitar dudar.
—No podemos dudar ahora. Solo un día más, y... el Cielo descenderá.
...
—¿El Cielo descenderá?
Karyk envolvió al Príncipe en una ilusión y entró a la región exterior de la ciudad, pasando por los guardias. Sin embargo, su mente aún estaba concentrada en las palabras del Rey.