A medida que Karyk llegaba a la entrada del bosque, sentía que lo observaban. También había señales de intención asesina, ya que muchos elfos estaban sentados en las ramas de los árboles, escondiéndose en el bosque.
Sus flechas divinas apuntaban a Karyk, un movimiento y sería disparado.
Uno de los elfos aterrizó en el suelo, sin soltar su arco que apuntaba a Karyk.
—Los forasteros no están permitidos aquí. ¡Por favor regresa!
Aunque los elfos encontraron a Karyk sospechoso, no pensaron que una sola persona estuviera destruyendo los clanes.
—¿Los forasteros no están permitidos? ¿Por qué siento la presencia de un forastero muy interesante dentro? —preguntó Karyk, notando ya que había alguien más allá de los elfos aquí.
Había algo dentro de él que lo hacía sentir aún más hambre al sentir el aroma. Era su físico diciéndole que había algo realmente interesante para él allí adentro.