Capítulo 1051: Señor del Tiempo

En una tierra lejana, un hombre de mediana edad caminaba con dos jóvenes a través del corazón de un vasto desierto.

Los tres seres tenían colas parecidas a las de un lagarto saliendo de sus espaldas, cubiertas de puntas afiladas.

Si uno ignorara las colas, los dos jóvenes no parecerían diferentes de los humanos comunes, excepto por sus pupilas dobles en cada ojo.

El hombre de mediana edad, sin embargo, no se parecía en nada a un humano. Tenía cabeza humana, pero el resto de su cuerpo era mecánico, hecho de un metal desconocido.

Era como si un humano hubiera vestido una armadura robótica. Para este hombre, era toda su existencia.

—¡Alma! —exclamó uno de los jóvenes.

—¿Qué opinas? —preguntó el hombre de mediana edad, volteándose hacia el otro joven, esperando su respuesta.

—Si es solo el alma sin los recuerdos, ¿será esa aún la misma persona? ¿No son los recuerdos que experimentamos lo que nos hacen quienes somos? Creo que son los recuerdos —respondió el otro joven.