Karyk no sabía cómo reaccionar a la revelación. Había estado atrapado en un ciclo eterno de tiempo, viviendo el mismo día una y otra vez sin siquiera darse cuenta. Más bien, olvidaba todo en el momento en que su día se reiniciaba.
Todo finalmente comenzó a tener sentido. Esta era la razón por la cual el joven señor del tiempo no le tenía miedo. Incluso si él traía a todas las Bestias Aetherianas, no podría matarle más rápido de lo que él podía revertir el tiempo.
Incluso si usaba veneno, el hombre podría escapar a través de la inversión del tiempo. La habilidad de controlar el tiempo era peor de lo que había imaginado.
—¿Por qué no abandonaste este mundo en lugar de pasar por este ciclo eterno una y otra vez? —Karyk le preguntó al joven señor del tiempo.
El joven había intentado todo, desde esconderse hasta pedir ayuda a los otros forasteros. Nada de eso había cambiado su destino de encontrarse con Karyk.