Amelia se sentó en una silla de madera mientras se frotaba la frente.
—Suspiro... —susurró—. Pensé que después de la muerte de mi hermana, las cosas finalmente se calmarían y este Imperio finalmente entraría en una era de paz y prosperidad. Pero... Este incidente le ha hecho darse cuenta de que todavía tiene un largo camino por recorrer antes de que su imperio pueda ser llamado una tierra segura y pacífica.
—Su Majestad, hemos devuelto los cuerpos a sus familias —informó un soldado.
—Bien. ¿Algo más? —preguntó Amelia.
—Bueno, una rápida investigación reveló que todas las víctimas habían hecho algunas cosas cuestionables a los medio-elfos en su sociedad. Uno de ellos incluso acusó falsamente a una familia de medio-elfos, llevando a su castigo injusto.