Durante las siguientes seis horas, Max se reunió con los distintos representantes que habían sido enviados para encontrarse con él. Muy poco de aquello tenía alguna importancia, y muchos estaban allí más que nada para conocerlo a él e impresionarse de Terminus como Compañía. Esos eran los fáciles.
Los molestos eran aquellos que habían sido enviados para congraciarse en un intento de conseguir algún tipo de trato con los humanos. Casi todos sus jefes subestimaban a la especie, y la batalla que se libraba en el planeta de abajo había lanzado su plan entero al caos, así que no tenían idea de lo que realmente se suponía que debían hacer ahora que tenían la oportunidad de encontrarse con Max.