—En las oficinas de Absolución, Max estaba a punto de terminar con el papeleo necesario para el Consejo cuando llegó el mensaje de Nico al escritorio de recepción de abajo, el cual fue pasado en una nota al Mayordomo para que Max la leyera.
Era un tanto enrevesado el camino, pero las notas escritas a mano no podían ser interceptadas por la vigilancia digital en caso de que hubiera un error en la habitación, y cuando se arrojaban al replicador para reciclaje, no quedaría rastro alguno de ellas.
El Druida estaba muy impresionado con el arreglo, ya que la especie era muy aficionada a las notas físicas en lugar de lo digital, pero el resto de los Enviados lo encontraba un poco tedioso y estaban mucho más acostumbrados a tener conectividad dentro de sus salas de reuniones.
Max podía sentir su inquietud, así que decidió darles un rayo de esperanza.