Con la llegada de tantos más cuerpos, el trabajo de los bombarderos dron para desplegar minas por todo el terreno abierto entre las trincheras y las líneas defensivas era cada vez más importante. Pero no estarían trabajando solos para evitar que el enemigo cargara directamente contra los defensores.
Contrario a sus prácticas habituales, los Cazadores habían reunido un escuadrón entero de artillería pesada que lanzaría proyectiles a todo lo que estuviera dentro de cincuenta kilómetros, con el objetivo de erradicar futuras infestaciones.
Las esporas en esta área parecían haber madurado, pero tendrían que quemar los cuerpos de las batallas más recientes para evitar que eso volviera a suceder, y aún así, el campamento no estaría seguro.
Había habido batallas en todo este planeta, dejando miles de millones de cuerpos de Miceloides y exponencialmente más esporas que podrían germinar en futuras generaciones.