El radar de penetración de suelo no podía determinar exactamente qué estaba sucediendo dentro del biodomo debido a la interferencia, y no podía distinguir el follaje de la tierra suelta y los escombros, por lo que la única respuesta real era enviar al equipo allí abajo y obtener algunos datos directos.
El túnel en la casa era la respuesta obvia, ya que conducía a los niveles inferiores de la infraestructura del biodomo y les permitiría infiltrarse sin dañar el propio domo.
Idealmente, podrían dejar la instalación intacta para la próxima persona que pasara para estudiar esta civilización caída. Podría no haber nada vivo allí, pero en la remota posibilidad de que hubiera algo, sería un hallazgo increíble y uno de los biodomos más antiguos de la historia.