—Al acercarse las Naves Catedral, Max esperaba otra oleada de interceptores o cazas orbitales, pero lo que obtuvo fue mucho más horroroso. Las masivas naves arrojaron cientos de miles de seres Demoníacos y Guerreros blindados al espacio, y aunque no tenían equipo propio, parecía que a los Demonios no les costaba trabajo navegar.
—Corrían por el vacío como si corrieran por el aire, solo que increíblemente rápido, cubriendo varios kilómetros con cada paso mientras cerraban la distancia hacia los Mecha.
—[Solo me gustaría señalar, para que conste, que esto es una tontería] —comentó uno de los pilotos de la Clase Titán mientras la retaguardia abría fuego contra los atacantes.
—No estaba equivocado, pero sí confirmaba las sospechas de Max de que los Demonios eran, de hecho, seres de energía y no corpóreos en absoluto. Solo parecían serlo porque tenían que coalescer para interactuar con el resto del universo.