Lux se sentó frente a la Dama Augustina mientras esta tomaba su té en silencio.
Después de lo ocurrido en la habitación de Aur y su encuentro con el Ejército Divino de la Luz, la Administradora del Palacio de Cristal sintió que necesitaba un descanso, por lo que invitó a Lux a tomar un tentempié con ella.
Naturalmente, el Semielfo aceptó su invitación aunque acababa de terminar de tomar té con el Príncipe Dragón.
—Lux, has traído unos amigos interesantes del Abismo —dijo la Dama Augustina después de colocar su taza de té sobre la mesa—. ¿Tienes idea de lo que has hecho?
—¿Voy a ser castigado? —preguntó Lux—. ¿Es por eso que me has llamado aquí, Su Excelencia?
—¿Castigarte? No. Pero me gustaría recordarte que no a todos les agrada tener Criaturas Abisales cerca de su puerta. Piccoro ya me ha informado sobre tu... relación inusual con la Reina Súcubo. Aunque no la apruebo, estoy dispuesta a hacer la vista gorda. Al menos, por ahora.