Lux iba y venía mientras esperaba que Hana despertara.
Sus heridas ya estaban sanadas, pero su poder físico, mental y espiritual había alcanzado su límite, haciéndola caer en un coma temporal.
El Medio Elfo estaba seguro de que una vez que recuperara un poco de su fuerza, eventualmente despertaría.
Sin embargo, ya había pasado un día desde que Hana apareció ante él. Antes de quedar inconsciente, solo pudo decir unas pocas palabras. Este fue su intento desesperado de informar a Lux lo que había sucedido.
—M-Maestro... El Divino... Ejército.
Cuatro palabras.
Eran solo cuatro palabras, pero era más que suficiente para decirle que su Maestro, Gaap, se había enfrentado contra el Ejército Divino de la Luz.
Como uno de los Miembros del Pacto, Hana nunca dejaría el lado de Gaap a menos que fuera la última opción.