¿Necesitas ayuda?

—Un chillido lleno de ira pulsaba por todo el campo de batalla mientras el Roc de Rango Calamidad chocaba contra Avernus por enésima vez —relató el narrador.

El Dracoliche fue empujado hacia atrás, pero la sonrisa burlona en su rostro nunca se desvaneció. Era como si Avernus le dijera a su enemigo que, incluso aunque fuera un poco más fuerte que él, la muerte del Gran Roc todavía era inevitable.

Quizás el Roc comprendió lo que Avernus insinuaba, lo que lo enfureció aún más.

Víctor, que debía ayudar al Dracoliche en su lucha contra el Roc, fue empujado incontrolablemente hacia atrás por las fuertes corrientes de viento que asolaban la zona.

Al ver que no podía unirse a la batalla entre las dos potencias, trasladó su atención a los Águilas Gigantes y Rocs que servían como secuaces del Gran Roca.

El Santo levantó su maza con púas y chocó contra ellos, desahogando su frustración.

En el suelo, los No-muertos eran imparables.