—Hazme embarazada. Te harás responsable, ¿verdad? —preguntó ella con esperanza.
Lux miró el rostro de angelical belleza, quien le devolvía la mirada con amor y afecto.
—Está bien —respondió Lux a pesar de la neblina que nublaba su sentido común.
Sabía que todo lo que tenía que hacer era empujar sus caderas una vez, y la castidad de Valerie dejaría de serlo, convirtiéndolo en su primer hombre.
Pero justo cuando estaba a punto de hacerlo, un par de manos rodeó el cuerpo de Valerie y la alejó justo a tiempo antes de que las caderas del Medio Elfo se impulsaran hacia arriba.
Ari se rió entre dientes mientras sostenía a Valerie en sus brazos y miraba a Lux de manera traviesa.
—No podemos permitirte hacer eso, Lux —dijo Ari en un tono burlón—. Somos las doncellas de la Princesa así que…