—Lux estaba sentado con las piernas cruzadas en la sala de entrenamiento de la residencia de Iris en la Academia Barbatos.
A su alrededor, innumerables bolas elementales giraban en el aire, emitiendo sutiles fluctuaciones que contenían los poderes que albergaban dentro.
Tras pasar un mes consumiendo incontables Núcleos de Bestias, el Semielfo había adquirido incontables habilidades en su arsenal.
—Realmente no había tenido tiempo para entrenar esas habilidades en el pasado, así que decidió dedicar su tiempo a probarlas en preparación para el futuro.
La batalla en el Imperio Divino le había enseñado mucho, especialmente cuando se enfrentó al ataque combinado de los Cuatro Jóvenes Supremos y el Oráculo de la Luz.
A pesar de tener numerosas habilidades, aún no eran suficientes para luchar contra los Pseudo-Supremos.
—Hereswith le había dicho que no había nada que pudiera haber hecho para cambiar el resultado de la batalla.