¿Quién es el Verdadero Monstruo Aquí?

—Cobardes —murmuró Maeve mientras se dirigía a los Cuarteles Subterráneos, donde algunos de los Apóstoles se alojaban.

En el momento en que apareció, todos los Apóstoles en las cercanías se pusieron firmes y se reunieron frente a ella.

—Haré esto rápido —declaró Maeve—. Planeo capturar a uno de los Herejes que destruyó nuestra Ciudad Divina. Necesitaré veinte voluntarios. Los que estén preparados para morir para proteger el honor del Ejército Divino, ¡den un paso adelante!

Todos los Apóstoles avanzaron. Miraron al Oráculo con una mirada decidida en sus rostros. Ninguno de ellos temía morir porque ese era su propósito.

Eran conscientes de que su Sede Principal había sido destruida, y esta noticia llenó sus corazones de ira. Ahora que se presentaba una oportunidad de capturar a uno de los responsables de su destrucción, ninguno de ellos tenía planes de retroceder en tal misión.