Soy más que su amigo

El Rey Dragón miraba al Fundador y Soberano del Ejército Divino, quienes ahora estaban de pie frente a él.

Sus dos invitados lo miraban fijamente, sin decir nada.

Desde el momento en que llegaron hasta ahora, todos ellos estaban en este estado. Sin hablar, sin nada. Simplemente mirando.

Esto continuó durante casi diez minutos, y solo se interrumpió cuando alguien aclaró suavemente la garganta.

—¿Pueden terminar con esto? —preguntó Hereswith con impaciencia. —Todavía tenemos lugares a donde ir.

Los tres Supremos la miraron durante unos segundos antes de enfrentarse entre sí.

—Entonces, ¿qué quieren? —preguntó el Rey Dragón.

—Ayúdanos a traer al chico a la mesa de negociación y detener su locura —respondió con sequedad el Fundador.

El Rey Dragón miró brevemente a Hereswith, queriendo conocer su opinión sobre el asunto.

La hermosa elfo asintió con la cabeza, haciendo saber su opinión.