Iris se tumbó en su cama, abrazando una almohada.
Su rostro estaba rojo como un tomate al recordar lo que había sucedido unas horas atrás.
—No puedo creerlo —murmuró Iris para sí misma después de recordar que ella también había tomado la iniciativa de besar a Lux y hasta lo había inmovilizado en la manta de picnic, besándolo apasionadamente en los labios.
«Debe haber algo muy mal en mí», pensó Iris. «Fue mi primer beso, pero se lo di sin pensarlo dos veces. Pero… ser besada por él se sintió tan bien».
El rostro de la joven se puso todavía más rojo cuando también recordó lo que sucedió después.
Mientras ella y Lux se besaban, él se movió para cambiar de posición con ella. Esta vez, era ella quien estaba siendo inmovilizada en la manta, mientras el joven estaba encima de ella.
Su mano entonces se deslizó hacia sus pechos y los acarició suavemente por encima de su ropa.