La búsqueda comienza

Después de salir de la Habitación de la Reina Rhiannon, Lux encontró a James sentado en un sillón, rodeado de Súcubos.

Unas cuantas de ellas estaban masajeando sus pies, piernas y brazos, además de alimentarlo con uvas con miradas ruborizadas en sus rostros.

Algunas de las más atrevidas intentaron suerte y extendieron la mano para tocar su tralala, pero el Viejo tapó educadamente su ding ding dong, impidiendo que los Súcubos lo manosearan.

—James, eres un provocador —dijo un Súcubo Lindo con una sonrisa—. ¿Qué tal si le doy a little James un masaje? Confía en mí, te haré sentir como si estuvieras en el cielo.

El Viejo se rió después de escuchar las palabras de la linda dama.

—He estado en el Cielo en el pasado —respondió James—. No es tan buen lugar como todos piensan.

—¿Ah sí? Entonces, ¿cómo es el Cielo? —preguntó un Súcubo con cabello rubio largo y ojos rojos—. Nunca he estado allí.