—Gran Hermano, hemos venido a visitarte.
—Gran Hermano, Cinnamon también está aquí.
Lux miró frente a él y vio a un joven de cabello negro que jadeaba mientras se apoyaba en un árbol.
Innumerables cadáveres de Monstruos estaban esparcidos a su alrededor, lo que demostraba que acababa de terminar una dura batalla.
Sangre se filtraba en la esquina de sus labios, y la armadura militar negra que llevaba estaba desgarrada en varios lugares.
Su brazo izquierdo también estaba doblado en un ángulo antinatural, lo que claramente señalaba que estaba dislocado o roto.
Cualquiera de las posibilidades era mala, y por la forma en que lo veía, la persona frente a él no parecía alguien que pudiera darle consejos sobre cómo luchar contra un Pseudo-Dios, que era capaz de usar el poder de un Dios Externo.
Lux era sensible a la fuerza de un individuo, y con solo mirar pudo darse cuenta de que el adolescente era débil.
Extremadamente débil según los estándares de Elíseo y Soliano.