Desde dentro del caótico campo de batalla, dos enanos aparecían de vez en cuando, lanzando ataques sorpresa que apuntaban a los puntos vitales de sus objetivos.
A veces tenían éxito, otras veces no. Pero cuando uno de ellos fallaba, el otro acudía al rescate del otro sin dudar.
No eran otros que Sid y Escarlata que también se habían convertido en altos rangos. Actualmente, estaban haciendo todo lo posible por eliminar a los monstruos de rango emíreo, que estaban solo un rango por debajo del rango calamidad.
Ambos conocían sus limitaciones, así que no se enfrentaban a aquellos que tenían un rango superior al suyo.
Además, la alianza contaba con santos y otros monstruos de rango calamidad que se encargarían de estos poderosos por sí mismos.
Ambos asesinos habían adoptado sus formas de dampiro y cambión, desatando todo su poder en el campo de batalla.
Luchando junto a ellos estaba nada menos que el kobold draconio, Cadmus, quien ahora era un monstruo de rango emíreo.