Lux miró a la Gran Flota de la Alianza con una mirada solemne en su rostro.
Hoy era el día en que se embarcarían en su viaje para luchar por todo lo que guardaban querido en sus corazones y asegurar que tanto Elíseo como Solais tendrían un futuro mejor y más brillante.
El Rey Azza y Keoza estaban actualmente dando sus discursos para elevar la moral de todos, pues la moral era importante en las guerras.
Cuando terminaron, los dos Reyes Dragón miraron en dirección a Lux y le pidieron que diera a todos en el Ejército unas últimas palabras.
Después de su combate contra Nyarlathotep, su posición dentro de la Alianza había aumentado, y muchos lo consideraban como uno de los Grandes Generales en la próxima guerra.
Para hacer que todos se sintieran un poco más confiados sobre sus posibilidades en la próxima guerra, Lux había hecho preparativos de antemano.