Fusión Mental

El grito de la criatura resonó justo cuando cayó fuera del cuerpo de Lex una vez más. Pero esta vez, eso no fue todo. La criatura empezó a retorcerse en el suelo como un insecto envenenado. Usó sus propias alas para golpearse mientras que sus ocho patas se curvaban hacia arriba y se clavaban en su propia carne.

Lex no pudo aprovechar la situación inmediatamente, ya que él mismo estaba recuperándose de su repentina debilidad y fatiga. Afortunadamente, solo había recordado ese encuentro por un momento en lugar de detenerse en él, o podría haber sucumbido nuevamente solo al recuerdo del mismo.

Cuando volvió en sí, vio que la criatura a la que no había podido dañar en absoluto yacía en el suelo cubierta de su propia sangre, aunque aún no estaba muerta.

Lex había sido sacado a la fuerza de su estado Berserk solo por el recuerdo de ese encuentro, por eso retuvo el sentido de no precipitarse y atacar de inmediato. Pero eso no significaba que se hubiera rendido.