La mente de Lutero trabajaba a toda velocidad al ver la masiva rotura en el espacio. Tenía que informar al Posadero lo más rápido posible, y luego llegar a la rotura antes de que la enorme criatura que se deslizaba fuera de ella emergiera por completo.
Canalizó su energía en la tarjeta, listo para transmitir el mensaje, cuando un aura familiar invadió el área, haciendo que todos se paralizaran. Incluso el Morador del Vacío, parcialmente salido de la grieta espacial, se congeló en deferencia al aura.
Pero el peso de esta era demasiado. El planeta mismo temblaba y los cielos lloraban con un gemido tan agonizante que la realidad misma parecía estar al borde de la fractura. Inmediatamente el aura se retiró y Lutero sintió una breve y fugaz conexión con el Posadero.