Pequeña desviación

Lex esperó durante cuatro horas en la habitación, contemplando en silencio cómo proceder. No sabía cómo se estaba desempeñando el batallón, además del hecho de que ninguno de ellos había muerto todavía. Después de todo, si uno de los trabajadores de la Posada moría, recibiría una notificación del panel de batallón incluso si no era a través del sistema en sí.

Como ya habían sobrevivido tanto tiempo, solo necesitaban hacerlo unos días más. Pero era la recta final la que siempre parecía la más larga.

En lugar de detenerse en pensamientos inútiles, Lex decidió pasar el tiempo pensando en su esgrima. Ya que había probado suerte en eso, tenía una idea de sus preferencias naturales. Tenía una fuerza inmensa, así que teóricamente una de las formas en que podía proceder era manteniendo su esgrima simple y directa, usando la fuerza bruta y la nitidez inherente de su arma como base.