Desconectado

La preparación para el último día no fue lenta. Lex no pasó los días mirando la cuenta regresiva, esperando con anticipación el momento en que ocurriera el gran cambio. En cambio, los últimos días fueron extremadamente ocupados.

La Posada era masiva y prepararla toda para el gran cambio fue una tarea monumental que ocupó a toda la fuerza laboral de la Posada. Como hormigas, corriendo para terminar sus trabajos, todos los trabajadores se desplegaron nuevamente, generando un torbellino de actividad.

Los huéspedes también lo habían notado, y podrían haber estado preocupados por lo que estaba sucediendo si los trabajadores no tuvieran una energía tan excitada.

Pero el ánimo de los trabajadores era una cosa, y la creciente presión en la Posada era otra. Lex habría pensado que más huéspedes habrían salido cuando la presión empezó a aumentar, pero sucedió lo contrario. Los huéspedes dejaron de irse, ya que todos estaban curiosos sobre lo que iba a suceder.