Mientras yo

Mientras Lex absorbía la información sobre la Posada y el nuevo reino, el universo no se había detenido, y algunos otros eventos significativos ocurrieron al mismo tiempo.

Un joven acólito miraba su cuaderno con el ceño fruncido. Sus propias palabras llenaban las últimas docenas de páginas, pero no tenía recuerdo de haberlas escrito. Pero debió haber sido él, porque las páginas estaban llenas de la historia que había anotado sobre un personaje del que tuvo visiones: ¡el beligerante!

—¿Cuándo escribí esto? —se preguntaba confundido. La única posibilidad que se le ocurría... era que había ido a un lugar llamado la Cámara de los Secretos en la Posada de Medianoche que visitó. Allí pudo eliminar recuerdos de su propia mente. Pero, ¿cuál era el sentido de eliminar sus recuerdos si escribía sobre el beligerante en su diario y eventualmente lo encontraría?